martes, 23 de noviembre de 2010

Crear Escuelas Inteligentes

May 9, 2010
Ya no basta con que los estudiantes almacenen datos y hechos. Deben aprender a aplicarlos, y para eso tienen que desarrollar un pensamiento crítico y creativo. Reproducimos la entrevista de El Mercurio a David Perkins, principal expositor del III Seminario Internacional de la Red de Escuelas Líderes, realizado este fin de semana en Santiago.

David Perkins es académico y codirector del Harvard Project Zero (centro de investigación para el desarrollo cognitivo) del Harvard Graduate School of Education. El profesor Perkins obtuvo su Ph.D. de matemática e inteligencia artificial en el Massachusetts Institute of Technology (MIT). Entre sus numerosas publicaciones destacan “Schools: From Training Memories to Educating Minds” y “Learning at Work: Research Lessons on Leading Learning in the Workplace”, entre otras. Su propuesta simple y clara apunta a un triple objetivo: retención, interpretación y aplicación de lo aprendido, donde el rol docente y la cultura de aula son puntos clave.


La “escuela inteligente” enseña a moverse en el mundo actual
Por Pamela Elgueda y Amalia Torres


“Niños, ¿cómo organizarían una carrera entre una hormiga y un perro que fuera justa para ambos?”. David Perkins, doctor en matemática, utiliza este ejemplo para explicar cómo se trabaja en una escuela inteligente. “Ésta es la escuela que enfatiza el pensamiento y la comprensión en un sentido profundo. Y significa, por ejemplo, que en historia los alumnos sean capaces no sólo de recordar los hechos, sino que también puedan aplicar lo que saben desde una perspectiva crítica y creativa”, explica acerca de este concepto desarrollado por él y un equipo de investigadores de la Harvard Graduate School of Education.

De hecho, esta iniciativa inspiró el lema del III Seminario Internacional Red de Escuelas Líderes: Aulas que piensan: el reto de una escuela inteligente, encuentro en el que el profesor Perkins dictó ayer una clase magistral.

-¿Cómo se transforma una escuela tradicional en una escuela inteligente? ¿Se necesitan muchos recursos y tiempo?
“Se requieren dos o tres años. Y para hacerlo se debe enfatizar en la capacitación de los maestros, una tarea en que el director o rector de la escuela, el líder, tiene un papel crucial.

-¿Es posible hacer ese cambio cuando el sistema educativo del país es tradicional?
“Hay escuelas líderes que retan al sistema o hacen un balance entre las demandas de éste y su misión educacional. No es imposible, aunque se necesita una política que apoye el cambio.

-Cuando hay muchos alumnos por sala y profesores con gran carga administrativa, ¿ese cambio es más complejo?
“Sí, pero no es imposible, es un asunto de estrategia. Por ejemplo, en el aula, el maestro puede formar grupos de alumnos, en que unos les enseñan a otros. A los padres no les gusta escuchar de este proceso, porque quieren que toda la información provenga de los profesores. Pero la investigación dice que es muy beneficioso hacerlo y que no significa que el profesor no trabaje; por el contrario, debe dirigir estos grupos como un coreógrafo.

-¿Cómo se logra formar grupos heterogéneos?
“Ese es papel del maestro, quien tiene dos formas de hacerlo: una es entregar una tarea específica a cada miembro del grupo. Y la otra es la tutoría de alumnos mayores a menores, en que el mayor aprende mucho, porque tiene que pensar cómo enseñará.

-En Chile, al profesor se le exige pasar cierta cantidad de materias en el año. Si trabaja como una escuela inteligente, ¿logrará cumplir esa exigencia?
“Se puede cumplir el currículo, pero con un equilibrio, donde unos temas reciben más profundización que otros. Esa es la resolución típica dado el contexto. Pero la otra posibilidad es cambiar la educación tradicional, porque sólo logra que los alumnos tengan un conocimiento superficial de un montón de hechos, pero no que comprendan bien el mundo moderno. Hay países iluminados que lo entendieron y otros que no.

-¿Iluminados como cuáles?
“Los países escandinavos, Singapur. Estados Unidos no tanto aún, pero hay estados que están muy bien, como Massachusetts y Kentucky.

-¿Cómo debe ser la capacitación de profesores y directores?
“Estableciendo un equipo inicial que transmita este pensamiento a los otros. El marco teórico de la escuela inteligente dice que para hacer el cambio necesitamos a tres visionarios. Uno es el político, que a nivel de la escuela es el director, quien apoya el proceso con recursos, apoyo moral y motivación. El otro es el práctico, quien siga el proceso día a día, una especie de jefe de equipo. Y el visionario conceptual, quien -generalmente- está fuera de la escuela y que da el conjunto de ideas para aplicar o resolver problemas. Yo soy un visionario conceptual, y no estoy solo en esa tarea.

-También hay que darle tiempo a la escuela para que logre consolidar el cambio.
“Sí, absolutamente. El primer año es desordenado, pero hay una sensación de avance, de ir aprendiendo. El segundo año es el de sentar las bases, y el tercer año es el de implementar”.

Conceptos clave
Comprender: No es lo mismo aprender que comprender. Y lo que busca la escuela inteligente es lo segundo, es decir, que los alumnos aprendan a pensar de una manera flexible. ¿Cómo sé que comprendo algo? Porque soy capaz de hacerlo.

Trabajo en la sala: Hay cuatro preguntas que se deben abordar antes de trabajar un tema en la sala: ¿Cuál es el tema que se espera que los alumnos comprendan? ¿Qué se quiere que los estudiantes entiendan de ese tema? ¿Qué harán para comprenderlo? ¿Cómo se puede saber que lograron entenderlo?

Efecto oportunista: Que se den las oportunidades de cambio no significa que los alumnos las aprovecharán por completo y que la transformación vendrá por añadidura. El profesor debe ser un mediador, debe ayudar a los estudiantes a descubrir la existencia de las posibilidades que dan las tecnologías de la información o las mismas estrategias de aula que sugiere la escuela inteligente.

Capacitación: Profesores y directores deben capacitarse para poder trabajar al estilo de una escuela inteligente. El mismo David Perkins, junto a Martha Stone Wiske, también de la Escuela de Educación de la U. de Harvard, creó el programa Wide World que da este tipo de enseñanza. Funciona en distintas partes del mundo, incluido Chile, y ha capacitado a 8 mil maestros.

Liderazgo: El director o rector del colegio tiene un papel clave. Es el encargado de proveer los recursos para que la escuela pueda transformarse en inteligente, para que los docentes se capaciten y motiven.

Inspiración: Para transformar una escuela en inteligente no se necesitan genios, advierte David Perkins. Se requieren profesores normales, pero que estén motivados a hacer el cambio y dispuestos a trabajar duro para lograrlo.
Fuente: El Mercurio l Ver en imagen digital

3 comentarios:

  1. Este es el tipo de escuela que NO se desarrolla en Chile, es aquella escuela que se preocupa del "aprender a aprender" pero que es tan difícil de hallar en un país que sigue validando la memorización como metodo de aprendizaje.

    Evelyn Armijo

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  2. Claro, para desarrollar escuelas inteligentes falta un poco... Como dice el señor: Primero debemos motivarnos como docentes, a capacitarnos, a creer un poco más que la Educación es la base para la Sociedad actual y que debemos potenciarla. Para esto un gran desafío se llevan los encargados de las escuelas tradicionales: Directores y Profesores. Yo creo que sí podemos hacer el gran cambio...

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  3. ¡Amen con el DR!
    Las escuelas de Chile, en su mayoría, pecan de ser superficiales. De no profundizar en los procesos históricos importantes a nivel intelectual, pero si en los importantes a nivel político, de no enseñar artes más que como una clase de tecnología al estilo "art atack" y nada que decir de como se enseña filosofía. No se enseña a pensar, se enseña a como pensar. Escuelas superficiales, estudiantes superficiales y así se sigue el ciclo.

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